Uno de los principales problemas de las alfombras es la aparición de insectos como ácaros, chinches o pulgas. Se alimentan de elementos que caen a la superficie, como el pelo, restos de comida o la piel, por ejemplo, y los residuos que producen pueden provocar alergias.

Las bacterias y el moho también son habituales en las alfombras. Una alfombra que no se limpia de forma adecuada es el ambiente perfecto para el surgimiento de colonias de bacterias, y esto puede convertirse en un riesgo para la salud. Algunas de las que se pueden llegar a acumular son la salmonela, la E. Coli o el estafilococo, entre otras. El moho, suele crecer en ambientes en los que hay humedad y se acumula fácilmente en las alfombras, dando pie a la generación de malos olores o incluso manchas.

Con todo esto, la clave es aspirar al menos una vez por semana las alfombras, y lavarlas de vez en cuando para un correcto mantenimiento e higiene en el hogar. Desde Limpiezas Abando recomendamos acudir a profesionales especializados en la limpieza de este tipo de textiles del hogar, para hacer un lavado de alfombras adecuado, y evitar así la acumulación de insectos, hongos y todo tipo de suciedad.